Las bebidas alcohólicas se clasifican conforme a su elaboración en bebidas fermentadas, bebidas destiladas o espirituosas, bebidas fortificadas o generosas y en licores o cremas.
Se entiende por bebida alcohólica, a toda bebida que presenta en su composición cierto grado de alcohol, más específicamente de alcohol etílico y que de una forma u otra, puede desencadenar ciertos efectos en el organismo con su ingesta, entre los cuales destaca el mareo y la sensación de desorientación.
¿Cuáles son los tipos de bebidas alcohólicas?
Bebidas fermentadas
Se trata de las primeras bebidas alcohólicas que se conocen en la historia, y estas devienen de un proceso intrínseco de su composición, es decir, que sus elementos, bien se trate de azúcares, de semillas o de frutos, son sometidos a una etapa de fermentación.
El proceso de fermentación es muy simple y la mayoría de las veces se da de forma natural, de modo tal, que este sucede cuando los compuestos son sometidos a condiciones externas (verbigracia, de calor o de frío) que hacen que los mismos se adueñen de microbios que cambian su estructura.
De aquí, que tanto el sabor, como el olor de estas bebidas sea por demás fuerte al gusto y al olfato, siendo poco tolerado por la mayoría de paladares, no obstante en razón de precios, suelen ser unas de las bebidas más onerosas, por los procedimientos de fermentación y de conservación a los cuales deben de someterse.
La más común de estas, se haya representado en el vino, como bien se sabe, este se trata de una bebida, que mientras más tiempo perdura en la botella mejor sabor adquiere.
Este se obtiene del proceso de maceración de las uvas, y su posterior suspenso en fermentación, etapa durante la cual, las mismas adquieren un sabor más fuerte que resulta ideal para la preparación de vino, de hechos, muchos especialistas en enología (el arte de conocer, preparar y catar vinos), consideran que mientras más madura se encuentre una uva, mejor será el jugo fermentado que esta ofrecerá.
Bebidas destiladas o espirituosas
Son bebidas derivadas para muchos, es decir, que se forman de otras, y es que la mayoría de las espirituosas, estas formadas por fermentos que han sido sometidos a procesos de destilación.
La destilación no es más que un proceso químico complejo, que amerita la intervención de profesionales, para obtener el resultado esperado, ya que este implica llevar hervor el jugo para aprovechar del mismo su sustento, y separarlo del alcohol, el cual será elevado en dosis.
Para contrarrestar el sabor amargo, se suele agregar un poco de almizcle o de azúcar, de aquí que la mayoría de las bebidas espirituosas, mantengan un sabor dulzón, que suele agradar mucho al paladar.
El más común de todas estas, es el whisky, el cual presenta un sabor especial, entre fuerte y dulce, que en la mayoría de las cartas resulta por demás cotizado, aumentando su valor, mientras más años de preparación guarda.
Bebidas fortificadas o generosas
Son bebidas que son sometidas a un proceso bastante complejo, muchos consideran que debido a los procedimientos, se trata de bebidas hibridas, ya que estas ameritan que los frutos sean pasados por la fermentación.
Los cuáles serán agregados a un licor que ha sido destilado, y a dicha mezcla, se le agregará un poco más de alcohol, de aquí, que su consumo deba de ser en pequeña cantidades, por la cantidad de alcohol que almacenan en su interior.
El más común de estos, se haya representado en el oporto, un vino cuyo sabor es tan especial, que resulta un delicioso y muy demandado aperitivo, pero que por su cantidad de alcohol, solo puede ser consumido en onzas, primero para degustar su sabor y segundo, para evitar efectos indeseables en el organismo.
Licores o cremas
Estas se obtienen por medio del proceso de maceración de las frutas y su posterior inclusión en el licor, para que las mismas puedan absorber su sabor, la mayoría de estas mezclas son preparadas con almizcles o bien con cualquier aditivo de dulce sabor.
De hecho, imperan en esta categoría la mayoría de licores de origen artesanal, y que se hacen de suave sabor, para degustar a la mayor cantidad de paladares posibles.