Los personajes se clasifican según su protagonismo, según su transformación, según la imagen que transmite y según su categorización.
Hablar de personaje significa hacer referencia a las personas que intervienen en una obra, estos son los que ejecutan las acciones que se llevan a cabo, son estos los que dan vida y giro a los actos, y los mismos que se encargan de imprimir la dinámica de la historia a narrar.
El personaje es el que le da el giro a la historia, el que narra los hechos, el que los hace vivir y el que brinda todas las connotaciones posibles conforme a las cuales se puede apreciar la historia.
¿Cuáles son los tipos de personajes?
Según su protagonismo.
Principal.
Son el eje central de la historia, estos son los protagonistas de la misma, conforme a la cual se desarrolla la trama, estos son lo que se encargan de vivir el relato y de brindarle todos los matices, son los propios personajes encargados de en ocasiones narrar los hechos y de vivir sus propios hechos.
Para hacer una referencia, en la mayoría de los cuentos infantiles, las princesas representan los personajes principales, por ejemplo, en el caso del popular cuento infantil Caperucita Roja, esta es el personaje principal.
En el caso de Blanca Nieve y los siete (7) enanitos, es Blanca Nieve la propia protagonista de la historia.
Secundario.
Estos vienen a representar un apoyo en la trama del personaje principal, su participación resulta vital para el desarrollo de la historia, conforme a la cual, su propia intervención hace que las historian de los protagonistas evolucionen.
Como se puede apreciar, estos personajes existen para sustentar la historia de los personajes principales, por ejemplo, en el caso del ejemplo anterior, del cuento Blanca Nieves y los siete (7) enanitos, los siete enanitos resultan los personajes secundarios, ya que estos brindan un mayor respaldo a la historia o bien otorgan mayor connotación a la misma, permitiendo que la narrativa continúe con su dinámica.
Portavoz.
Se trata de un personaje bastante complejo, ya que puede tratarse de un personaje bien sea protagonista o secundario, o bien puede tratarse de un narrador omnisciente que no forme parte de la historia en sí.
En realidad, más que tratarse de un personaje, este consiste en la figura de un narrador, es decir, en la persona que se encarga de relatar los acontecimientos que irán transcurriendo en la historia, de hecho, este solo se limita a relatar los hechos o eventos, pudiendo o no participar como bien reseñamos en líneas anteriores.
El portavoz, no es más que una voz que tiende a imprimir las líneas de la narración, siendo esto un motivo para que sea considerado de verdad importante, ya que es la persona que de forma directa conoce la historia.
Según su transformación.
Estático.
En este caso, estamos hablando de personajes que no presentan ninguna variación a lo largo de la historia, es decir, que estamos refiriéndonos a personas que no evolucionan durante la trama, por lo que no sufren ningún cambio bien sea en su aspecto físico, emocional o en la personalidad, estos son incluso personajes que tienen muy poca participación aún y cuando pueda referirse a ellos en varias oportunidades dentro de la narración.
Dinámico.
Se tratan de personajes que sufren alteraciones de principio a fin, es decir, que estos sufren una serie de modificaciones, bien sea en su aspecto físico, en su personalidad, o bien sufren fluctuaciones de humor.
Estos cambios son acreditables, al hecho de que se tratan de los personajes principales, razón por la cual, es concebible que estos adolezcan de transformaciones para imprimirle dinamismo a la historia, y mantener así al lector o espectador entretenido en la misma trama.
Según la imagen que transmite.
Arquetipo.
En este caso, hacemos referencia a personajes que se encuentran exaltados en una de sus virtudes, las mismas que serán ponderadas durante toda la trama, verbigracia, las historias que se fundan en superhéroes, la mayoría de estas se centran en las cualidades maravillosas y en las acciones que estos pueden llevar a cabo, siendo esto lo que le brinda mayor movilidad a la historia.
Estereotipo.
Son personajes que no resultan muy variables, de hecho la mayoría de estos, se guían por costumbres, por lo que su comportamiento a lo largo de la natación resulta bastante predecible, pero esto no tiene por qué tornarlos aburridos, de hecho, en la mayoría de los casos, estos se vuelven un punto de referencia dentro de la propia trama.
Según su categorización.
Planos.
Estos son ilustrados con ciertas limitaciones, es decir, se tratan de personajes que son relatados conforme a sus características más básicas, como puede tratarse de sus rasgos físicos o bien puede relatarse una de sus actitudes, más no se adentran en su caracterización general.
Redondos.
Son la contraposición de los personajes planos y se distinguen así, porque son descritos a lo largo de la narración o bien de la historia, de hecho, estos pueden sufrir evoluciones que por igual son descritas, por tal motivo, se refieren con frecuencia los personajes principales o bien a los secundarios que tienen mayor participación.
Como podemos apreciar existe una serie de tipologías conforme a las cuales se pueden clasificar los personajes, la que expusimos en líneas anteriores, es considerada la tipificación genérica.
Pero también existe una clasificación que se funda en el papel que desenvuelva el personaje, esta clasificación resulta más extensa y es una de las más discutidas, porque no existe un criterio único para su exposición.
Y es que la misma plantea la clasificación de los personajes, en buenos, malos, benéficos, o bien en personajes de pausa, de corrida, villanos, encantados, encantadores, todos estos resultan criterios de clasificación en su mayoría subjetivos.
De hecho, muchos consideran que la misma clasificación obedece a criterios que han sido esgrimidos por el público a lo largo de las obras, no siendo exactos, por los que no deben ser tomados en cuenta, siendo necesario siempre referirse en primer lugar ante la clasificación literaria que fue la ofrecida en líneas superiores.