Los tipos de inflación son: deflación, reflación, estanflación, subyacente, estructural, desinflación, moderada, galopante e hiperflación.
La inflación obedece a uno de los términos financieros más complejos, en lo que respecta a la utilización del mismo, y es que este alude a la disminución del poder monetario en contraposición al alza de los costos de los servicios y el precio de los productos.
Esta corresponde a un fenómeno económico común y apreciable en todas las naciones del mundo y se manifiesta en la posibilidad de adquirir mercancía con el sueldo mínimo estipulado para un trabajador.
¿Cuáles son los tipos de inflación?
Deflación
Es una de las antítesis de la inflación, pero los economistas han decidido considerarla como una parte de la misma, ésta se corresponde con la disminución de los valores reales de los precios de los productos.
Un ejemplo común de estos, se ve reflejado en los productos y servicios regulados por el Estado, que en ocasiones escasean tanto, por ser ofertados a un precio, que no arroga margen de ganancia como tampoco ofrece dinero de recuperación.
Reflación.
Es un subtipo de la deflación, y consiste en la evaluación de los costos de producción y manufacturación que llevan a la alza de los precios de aquellos productos que tienen un precio inferior al debido.
Esta tiene a lugar solo después de que los sectores predictivos de una Nación hayan llegado a un pacto sobre los costos, evaluando los precios de materias primas, costos de producción, valores de distribución y el valor monetario de los salarios mínimos, todos elementos necesarios a considerar.
Estanflación.
Consistente en la paralización de los precios, es común de las crisis económicas irreversibles, que solamente pueden ser erradicadas con la introducción de un nuevo modelo económico.
Es un fenómeno poco común en la realidad económica, sin embargo, se mantiene como tecnicismo y proyección nefasta de aquellos modelos de gobiernos que pierden la óptica en cuanto a los asuntos financieros.
Subyacente.
Es un modelo acorde al cual solo se consideran los precios estipulados y que aumentan acorde a un margen proporcional de cadena, es decir, aquellos que dependen de una materia prima.
Este tipo de inflación no considera los servicios básicos, los cuales obedecen a la estipulación de tarifas, conforme a los consumos que se generan por parte de los usuarios, lo que brinda a los mismos un precio variable.
Estructural.
Algunos la llaman inflación escalonada, ya que se corresponde con la alza de precios de un sector que repercute en otro; un ejemplo de ésta, es común observarla en los campus de manufacturas, donde al aumentar la materia prima, aumentan automáticamente los productos.
Por ejemplo, al aumentar la tela, es normal que aumenten las camisas, por igual, al aumentar la azúcar es común que aumenten los dulces.
Desinflación.
Tiene a lugar cuando la inflación disminuye de forma paulatina, pero sin desaparecer totalmente; los expertos en finanzas alegan que es imposible que la inflación desaparezca ya que esta se corresponde con los niveles de precio de los productos, siendo un fenómeno incluso necesario en la sociedad actual.
Moderada.
Se computan acorde a un margen numérico, donde los niveles de inflación se mantienen en un valor del 9 al 10% anual, estos son márgenes teóricos expresados por los economistas de un país. Muchas personas pertenecientes al sector productivo aluden a que estos no son valores reales.
Galopante.
Considerada aquella que de una forma u otra, aumenta de forma desproporcional, es común verla en países donde los precios suben de un día a otro, corresponden a periodos de crisis económicas, en las cuales el sueldo mínimo no alcanza para costear la vida.
Hiperflación.
Deducción numérica que se obtiene cuando el aumento de los precios sobrepasa su valor real en un 100%.