En el mundo de la genética, el término genotipo es clave para comprender cómo los organismos heredan y expresan características. El genotipo representa la composición genética de un organismo, es decir, las combinaciones de alelos que determinan sus rasgos. Aunque a menudo lo asociamos con la apariencia física o el fenotipo, el genotipo abarca un nivel más profundo y fundamental: la información contenida en el ADN.
En este artículo, exploraremos qué es el genotipo y los principales tipos que se pueden encontrar en los seres vivos.
¿Qué es un Genotipo?
El genotipo se define como el conjunto específico de genes que un organismo hereda de sus progenitores. Cada gen tiene diferentes versiones llamadas alelos, que se combinan en pares, uno de cada progenitor, para formar el genotipo del individuo. Este genotipo, junto con factores ambientales, influye en el desarrollo y la expresión de características visibles (fenotipo).
Por ejemplo, en los humanos, el gen responsable del color de ojos tiene múltiples alelos. Dependiendo de la combinación de estos alelos, una persona puede tener ojos azules, verdes o marrones. Sin embargo, el genotipo incluye no solo los alelos dominantes que se expresan visiblemente, sino también los recesivos que podrían transmitirse a la descendencia.
Tipos de Genotipo
Los genotipos se clasifican de acuerdo con cómo los alelos interactúan y se expresan en los genes. Aquí analizamos tres categorías principales: homocigoto dominante, homocigoto recesivo, y heterocigoto.
1. Homocigoto Dominante (AA)
Un genotipo se considera homocigoto dominante cuando ambos alelos del par son dominantes. Los alelos dominantes tienen la capacidad de expresarse completamente en el fenotipo, incluso en la presencia de un solo alelo. Sin embargo, en este caso, como ambos alelos son dominantes, el rasgo asociado se expresa de manera uniforme.
Ejemplo: En las plantas de guisante estudiadas por Gregor Mendel, el gen para la altura tiene un alelo dominante (T) que da como resultado plantas altas. Un genotipo TT (homocigoto dominante) producirá plantas altas.
2. Homocigoto Recesivo (aa)
Un genotipo homocigoto recesivo ocurre cuando ambos alelos del par son recesivos. Los alelos recesivos no se expresan en presencia de un alelo dominante, pero sí se manifiestan en el fenotipo cuando están presentes en ambos cromosomas.
Ejemplo: En el mismo experimento de Mendel, el alelo recesivo (t) está asociado con plantas bajas. Solo un genotipo tt (homocigoto recesivo) dará lugar a una planta baja.
3. Heterocigoto (Aa)
El genotipo heterocigoto se refiere a una combinación de un alelo dominante y uno recesivo. En estos casos, el alelo dominante suele enmascarar al recesivo, por lo que el fenotipo estará determinado por el dominante. Sin embargo, el alelo recesivo sigue estando presente y puede ser transmitido a la descendencia.
Ejemplo: En el caso de las plantas de Mendel, un genotipo Tt (heterocigoto) también dará como resultado una planta alta debido a la dominancia del alelo T, aunque el alelo t sigue presente.
Variaciones Genéticas y Expresiones Especiales
Además de las categorías mencionadas, existen otros tipos de interacciones genéticas que afectan la forma en que se expresan los genotipos:
1. Dominancia incompleta
En este caso, ninguno de los alelos domina completamente sobre el otro, y el fenotipo resultante es una mezcla de ambos. Por ejemplo, en ciertas flores, un alelo para pétalos rojos combinado con un alelo para pétalos blancos produce flores rosadas.
2. Codominancia
Aquí, ambos alelos se expresan por igual en el fenotipo. Un ejemplo clásico es el tipo de sangre AB en humanos, donde los alelos A y B son codominantes.
3. Alelos múltiples
Algunos genes tienen más de dos alelos posibles, aunque cada individuo hereda solo dos. El sistema de grupos sanguíneos en humanos (A, B, O) es un ejemplo de un gen con alelos múltiples.
4. Genes ligados al sexo
Estos genes están ubicados en los cromosomas sexuales (X e Y) y su expresión puede variar según el sexo del individuo. Por ejemplo, la hemofilia es una enfermedad genética ligada al cromosoma X.
Conclusión
El estudio de los genotipos nos permite comprender mejor la diversidad biológica y cómo se heredan las características de generación en generación. Desde los genotipos básicos como el homocigoto dominante, el homocigoto recesivo y el heterocigoto, hasta las complejas interacciones como la codominancia y la dominancia incompleta, el genotipo es una pieza fundamental en la genética.
Con esta base de conocimiento, podemos apreciar cómo las combinaciones de alelos contribuyen a la increíble variedad de vida en nuestro planeta.