Tipos de Falacias

Las falacias se clasifican en formales o no formales.

La falacia es forma de engañar una persona con el fin de obtener algo, la idea al transmitir la falacia es que la persona sea convencida de una creencia o bien que sea inducida a realizar una acción determinada, más allá del engaño, esta proposición falsa, lo que busca es el beneficio de quien la crea.

En el ámbito de la lógica, se utiliza también para referir al argumento que una persona emplea con el fin de convencer a otra de su propia postura aun y cuando sea falsa, muchos consideran que se emplea para convencer o bien engañar al otro.

Pero expertos han determinado que en el campo de la lógica, es el propio sujeto el que se auto-engaña al asumir un criterio erróneo como cierto y más aún al defenderlo por medio de demás argumentos que pueden resultar por demás equívocos, de modo tal, que como se aprecia, todo esto lo que hace es llevar a un error de conocimiento al sujeto que mantiene la falacia.

¿Cuáles son los tipos de falacias?

Tipos de Falacias

Informales.

Se trata de aquellas falacias donde el error se encuentra en el razonamiento, es decir, en el contenido de las ideas transmitidas, siendo estas las que infunde el sujeto y en las que se sustenta para expresar su argumento, estas no son más que ideas que en la mayoría de los casos se hallan fundadas en nociones irreales.

Falacia ad Ignorantiam.

De peculiar concepción, ya que esta cobre fuerza por el simple hecho de que se expresa por medio de ideas que no pueden ser refutadas, no importa cuán inverosímiles sean las mismas, pero como no existen pruebas que puedan contradecir la construcción mental o existencia de las mismas, las falacias se tienen por ciertas.

Falacia ad Verecundiam.

Esta no tiene nada que ver con el contenido, sino con las personas que las emiten, las mismas cobran fuerza y mantienen su veracidad por el hecho de que proceden de personas con voz de experiencia o que detenta cierto cargo con poder, de modo tal, que al proceder de personas con cierto rango, los que se encuentran por debajo o subordinados no se atreven a refutar dichas ideas por temor a represalias, por lo que la falacia cobra una gran fuerza y fundamento.

Argumento ad consequentiam.

En este caso, muchos consideran que se trata de una falacia a conveniencia, es decir, conforme a esta puede resultar cierto o no, lo que se promulga a través de ella, siempre y cuando esta se considere favorable o perjudicial para la persona que la propone.

Generalización apresurada.

Una de las más comunes que se produce y que lleva en muchas ocasiones a la consolidación de falsa creencias, ya que estas se fundan en estereotipos o patrones fundados en estadísticas conclusivas pero sin fundamentos.

Es decir, la premisa se forma conforme a una serie de patrones o costumbres que la persona observa en determinado ambiente de modo esporádico, y procede a determinar que la misma es cierta porque ya la ha visto con frecuencia, esto puede llevar en muchos casos a la construcción de estereotipos equívocos que pueden conducir a falsas concepciones sobre una sociedad o grupo social determinado, llevando en muchos casos a la creencia de una falsa realidad.

Falacia del hombre de paja.

En este caso, lo que se hace es recrear un idea, o mejor dicho manipularla para hacerla blanco de críticas, con el fin de destruir al oponente, en la mayoría de las veces se emplea con gran astucia y bajo la recurrencia de frases célebres que pueden llevar al adversario al ridículo y a desvirtuar por completo la falsa creencia que el mismo defiende.

Post hoc ergo procter hoc.

Una especie de relación de causa y efecto se pretende entablar a través de esta falacia, que lo que busca es que la persona entienda que la ocurrencia de determinado hecho corresponde a la existencia o bien frecuencia de otro que le antecede.

Siendo esto posible por medio de la simple observación, la falacia cobra veracidad en la medida que no pueda ser refutada, en muchas ocasiones, esto conlleva a la explicación no científica de muchos fenómenos naturales que la colectividad suele creer como ciertos.

Falacia ad hominem.

Esta busca desvirtuar el argumento de la persona contraria, por medio de la utilización de una serie de ideas que exaltan las fallas en el argumento en sí, o bien, porque busca la creación de nociones que pretenden refutar por completo la postura haciendo resaltar los aspectos negativos de la misma o bien de la persona que la pronuncia, en la mayoría de los casos, se funda en criterios exagerados, pero la fuerza argumentativa puede hacer que estos cobren fuerza.

Formales.

Consideradas como tal, porque los argumentos empleados para su defensa, no guardan relación entre sí, es decir, que estas premisas no resultan válidas no por su contenido, sino por la falta o escasa coherencia que pueden guardar una respecto de la otra.

Negación del antecedente.

Conforme a esta, existe una relación inexacta de causa y efecto, es decir, el sujeto crea o establece una especie de conjetura respecto a los hechos, llegando a creer que si no se realiza la primera parte la segunda no será determinada o bien no se dará a lugar.

Afirmación del consecuente.

En este caso, la conclusión se establece de forma apresurada sin que sean considerados los hechos que le dan a lugar, puede llevar a falsas creencias o erróneas conjeturas, conforme a las cuales la persona puede crear juicios totalmente incorrectos.

Término medio no distribuido.

De peculiar constitución, ya que esta tiene a lugar por medio del establecimiento de un silogismo erróneo, en el que el nexo causal puede ser inexacto o en la mayoría de los casos, estableciendo así conclusiones por demás inexactas y que pueden acarrear una serie de problemas lógicos.

La mayoría de estas premisas con frecuencia suelen ser refutadas con gran facilidad, por la falta de conexión entre las premisas que se pretenden involucrar.

 

 

 

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