Tipos de argumentación.

La argumentación se distingue en deductiva, inductiva, abductiva, por analogía, causal, por generalización, por contradicción, condicional, por interpelación y por autoridad.

Se conoce como argumentación, toda acción conforme a la cual, se procede a realizar un acto de explicación y defensa de un criterio, es decir, que la persona por medio de esto, recurre al resguardo de sus opiniones para hacerlas valederas ante quienes lo oyen, y de ser posible procura que estos puedan retribuirles en gran medida con la aceptación de la postura.

Este es un acto que procede de la lógica y que se realiza con apego a la racionalidad, y es que los actos de argumentación no deben ser considerados como improvisados y carentes de fundamento, contrario a lo que muchos puedan pensar este se corresponde a un proceso de análisis lo suficientemente sólido que permita entablar una postura reflexiva, critica y defensiva ante demás fundamentos. 

¿Cuáles son los tipos de argumentación?

Deductiva.

Conforme a ello, se produce una serie de interpretaciones donde la persona procede a realizar sus análisis de acuerdo a premisas generales, las cuales se consideran como aceptadas y aprobadas por toda la colectividad.

De modo tal, que la argumentación goza de un grado de validez irrefutable, todo esto sucede como consecuencia derivada del mismo análisis, es decir, si las bases son válidas las conclusiones por antonomasia han de serlo.

Veamos esto en un ejemplo, si se señala que los discípulos de Jesús, fueron hombres, y luego se produce el enunciado de que Pedro fue discípulo de Jesús, se infiere que este es hombre.

Evidentemente tales análisis no gozan de desvirtuaciones como tampoco pueden producir algún tipo de duda, deviniendo todo esto del hecho de que las personas se fundan en principios generales, sin embargo, siempre conviene estar muy atento al análisis esgrimido no vaya a resultar en una parafernalia o contradicción ideara del asunto.     

Son clásicos de las ciencias exactas, es decir, de aquellas donde los postulados no admiten contradicciones como tampoco dicotomías, por contener en gran medida la verdad en su interior, es por ello, que la mayoría alega que se trata de argumentos perfectos e irrefutables.

Inductiva.

Es el aspecto argumentativo ambivalente de la argumentación deductiva, esta consiste en la aportación de una serie de conclusiones que parten de premisas particulares, es decir, que se toman hechos aislados o bien situaciones en específico y luego se procede a su formulación o lo que es lo mismo, a la constitución de deducciones que serán tomadas como fundamento para la argumentación.  

Resultan adecuadas y no suelen ser descartadas a la primera, ya que las mismas, presentan análisis y conclusiones que pueden ser evaluadas en su proyecto de construcción, por lo que no de primeras no pueden ser refutadas, sino hasta que se estudia su proceso conclusivo.

Sin embargo, hay quienes alegan que se trata de premisas o bien de conclusiones aceptables, más no definitivas considerando que estas pueden devenir de análisis o construcciones erradas.

Abductiva.

Una de la más complejas porque esta se funda en la recreación o bien aleación de supuestos, de modo tal, que esta reside en la perfecta conjugación que puede establecerse entre dos proposiciones que no han sido comprobadas aún pero cuya construcción lógica las hace parecer valederas.

En ocasiones, esta suele fundarse como comparaciones entre dos análisis o bien entre dos posturas, de igual forma puede considerarse como una forma de creación de hipótesis, el hecho es que se aplica para un caso similar con el fin de que el mismo pueda ser aplicable a situaciones parecidos en todo caso, es probable que sea refutada por otras clases de argumentación.

Por analogía.

En este caso, la argumentación tiene a lugar como una consecuencia directa del establecimiento de relaciones o bien de cotejaciónes conforme a la cual se establecen una conclusión generalizada que puede aplicarse por igual.

Es decir, esta forma de argumentación consiste en establecer una serie de relaciones entorno a unas circunstancias en específico para luego proceder a entablaren conjunto de conclusiones que podrían resultar válidas para situaciones que tienen características similares.

Causal.

Tal cual se deduce de su nombre, este se corresponde con la llamada ley de causa y efecto, de modo tal, que se trata de una argumentación que procede de un estudio lógico de una serie de premisas, donde se apuntan las posibles o futuras consecuencias que cada una de estas pudiera arrogar en el caso de consolidarse, es por tal motivo que se puede entablar una especie de relación lógica y deductiva o bien inductiva dependiendo del análisis que se aborde.

Por generalización.

Algunos establecen esta argumentación como la forma de establecer consecuencias generales o bien argumentos generales para un conjunto de situaciones que guardan un estrecho parecido entre sí.

Es decir, que en este caso se trata del establecimiento de una serie de análisis con el propósito de entablar una relación integra y general para un sinfín de situaciones que cumplan con los requisitos para ser abarcadas por el argumento, de modo tal, que se trata de una actividad lógica.  

Por contradicción.

La idea de esta, es el rechazo y el detrimento del juicio o bien criterio enunciado por la otra persona, lo que se busca con esto, es rebatir el argumento en contrario, motivo por el cual se acude a una serie de razones válidas para derribar la opinión del contrincante

Condicional.

Muchos consideran que esta se da a lugar entre una serie de alternativas, de modo tal, que la misma se trata del esgrimir un criterio fundando en la relación que pueda entablarse frente a un conjunto de opciones, de aquí dependerá mucho la retórica como medio para hacer el argumento válido o al menos lógico.

Por interpelación.

Forma especial que tiene a lugar por medio del proceso selectivo de preguntas, en ocasiones lo que se busca es deducir el criterio de un sujeto por medio de un conjunto de formulaciones que lo conducen la respuesta. 

Por autoridad.

Este se deduce o bien surge como consecuencia de un mandato o bien de un puesto que se ostenta, el argumento no importa sea válido o no en contenido, ya que lo que le da fuerza es el puesto de quien lo pronuncia.

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