¿Qué es un narrador testigo?
A fin de comprender mejor el asunto, conviene advertir que la narración admite distintas tipologías de narradores, teniendo en cuenta el papel que estos ocupen dentro de la historia.
Pero en el caso que aquí nos ocupa, hacemos mención de aquel narrador que solo se limita a relatar lo que el percibe, es decir, que el testigo solo es un personaje que cuenta la historia desde su perspectiva, sin hacer hincapié en sus acciones, de aquí que muchos eruditos de la lengua lo confundan con el omnisciente.
Y es que más allá de lo que se pueda pensar el narrador testigo, transmite todo cuanto le acontece a los demás personajes, pero desde su lado, es decir, este no conoce la historia a fondo, es por ello, que los hechos que narra son en algunas ocasiones vagos y deliberantes.
Características del narrador testigo (+ ejemplos)
A fin de que puedas distinguirlo de los demás tipos de narradores, te puntualizamos que sus características más sobresalientes:
- Conocimientos vagos de los sentimientos, en efecto, puede que este se mantenga lo más exacto a la ocurrencia de los hechos tal cual acontecieron, pero como solamente se trata de un sujeto externo, este no cuenta con la capacidad para poder distinguir las verdaderas intenciones de los personajes o los deseos marcados que estos puedan tener.
- Lugar a suposiciones, es muy común apreciar en los relatos de los narradores testigos las propuestas imaginarias de ciertos hechos o pensamientos, en ocasiones esto sucede como una artimaña del mismo para poder dotar la historia de un poco más de interés y mantener engañado al espectador.
- Las descripciones son marcadas, en efecto, lo más frecuente de estos relatos es que los narradores testigos recurren a descripciones exactas donde dejan dilucidar su apreciación de los hechos, pero también la ocurrencia de los mismos con gran ahínco, para que el espectador no se pierda de nada.
Para que puedas comprender mejor todo esto, te brindamos a continuación unos relatos brindados desde la perspectiva del narrador testigo, donde apreciaras que este no forma parte de los eventos narrados como tal, sino que se limita a ser un simple espectador:
- El radio despertador suena religiosamente a las 4 am. Todos los días, incluso los domingos. De un manotazo, Raúl lo apaga y da por iniciado su día. Se levanta, y mientras pone la cafetera en marcha, se baña y luego se afeita cuidadosamente para no dejar ningún rasguño en su delgado rostro. Acompaña el café con un par de tostadas, que jamás logra no quemar, y sale rumbo a la compañía, con el diario bajo el brazo.
- El sonido de un tenedor golpeándose contra el plato interrumpió nuestra conversación. Giramos nuestras cabezas para ver qué ocurría con aquella parejita que hacía rato estaba discutiendo. A los pocos segundos, volvimos a lo nuestro, tratando desoír la pelea de aquellos dos; aunque resultaba casi imposible. La discusión iba in crescendo.
- Esta es la historia de mi abuela, una historia que encontramos entre las páginas de su diario algunos días después de su muerte. Mi abuela nació en Alemania y llegó a nuestro país huyendo, como tantos otros judíos perseguidos por el nazismo. Con el avance de la guerra, ella y su familia permanecieron escondidos durante meses.
- “El asesino del automóvil” (impersonal – Juan Ortiz)
- El hombre misterioso está esperando en la esquina desde hace ya media hora. Tiene su carro aparcado frente a un McDonalds. María sale de casa a buscar a José, su hijo. El niño sale de la escuela en 15 minutos.
- El hombre en el automóvil espera a que el semáforo frente a él se ponga en rojo para que María pase. La mujer, al ver la luz a su favor, pasa. Se escucha el carro acelerar y llevarse con violencia a María, y ella queda tendida en el piso, con múltiples fracturas. El asesino para el coche, se baja, la mira a los ojos, sonríe, y le dice: “Yo busco a José, no te preocupes”. María entra en crisis, y cuando trata de gritar le sobreviene un paro respiratorio.
- Lo que aquí se va a narrar aconteció en un pueblo de Nueva Esparta llamado Agua de Vaca, el cual queda en la Isla de Margarita. La historia versa sobre Javier, un joven de 15 años, y un extraño evento que vivió mientras jugaba en su Súper Nintendo la mañana después de Navidad.
- Javier siempre soñó con tener esa consola de videojuegos. Durante todo un año hizo las cosas correctas para ganarse el favor de sus padres y que estos le compraran el regalo que tanto anhelaba. El joven salió excelente en sus clases, colaboró en las tareas del hogar, ayudó en la comunidad, en fin, hizo todo lo humanamente posible, así que sus padres lo consintieron.