¿Qué es un narrador omnisciente?
Como hemos podido apreciar en post anteriores, la narración es una de las figuras literarias más empleadas por las personas, para poder así a través de ella, transmitir sus relatos con cierta alegoría.
Y para ello, es menester que exista alguien que los manifieste, y es aquí donde la figura del narrador cobra fuerza, existiendo distinta categorías, pero en el caso que aquí nos ocupa, nos encontramos con el omnisciente, que no es más que aquel que cuenta toda la historia en todos sus aspectos.
Es decir, para evitar redundancias, el narrador omnisciente conoce hasta los pensamientos de los protagonistas y de los intervinientes en el guion, este se encarga de desvelar la historia a plenitud, razón por la cual, el mismo no es un personaje, es decir, se ubica con una persona fuera de la historia sin mostrar ninguna actividad dentro de la misma.
Características del narrador omnisciente (+ ejemplos)
A fin de que no se vaya a suscitar ningún tipo de problema a la hora de distinguir entre los distintos narradores, te expondremos las características de este, cuales son:
- Narra siempre en tercera persona, efectivamente ello se corresponde con el hecho de que el narrador omnisciente no forma parte de la trama, por tal motivo, sus relatos son bastante formales en algunos casos, denotando la distancia física que este presenta con el ambiente y los personajes.
- Sabe de los personajes, en efecto, el mismo conoce no solo las acciones que estos llevan a cabo, sino que incluso tiene conocimiento del pasado de estos, como también puede narrar con cierta certeza le futuro de sus acciones y las consecuencias que las mismas generarán.
A fin de que puedas saber cómo es narrador omnisciente, te traemos los siguientes ejemplos:
- Extracto de Llamas telefónicas de Roberto Bolaños
Una noche en que no tiene nada que hacer, B consigue, tras dos llamadas telefónicas, ponerse en contacto con X. Ninguno de los dos es joven y eso se nota en sus voces que cruzan España de una punta a la otra. Renace la amistad y al cabo de unos días deciden reencontrarse. Ambas partes arrastran divorcios, nuevas enfermedades, frustraciones.
Cuando B toma el tren para dirigirse a la ciudad de X, aún no está enamorado. El primer día lo pasan encerrados en casa de X, hablando de sus vidas (en realidad quien habla es X, B escucha y de vez en cuando pregunta); por la noche X lo invita a compartir su cama. B en el fondo no tiene ganas de acostarse con X, pero acepta. Por la mañana, al despertar, B está enamorado otra vez.
- Extracto de El banquete de Julio Ramón Ribeyro
Aquel fue un día de fiesta, salió con su mujer al balcón par contemplar su jardín iluminado y cerrar con un sueño bucólico esa memorable jornada. El paisaje, sin embargo, parecía haber perdido sus propiedades sensibles, pues donde quiera que pusiera los ojos, don Fernando se veía a sí mismo, se veía en chaqué, en tarro, fumando puros, con una decoración de fondo donde (como en ciertos afiches turísticos) se confundían lo monumentos de las cuatro ciudades más importantes de Europa. Más lejos, en un ángulo de su quimera, veía un ferrocarril regresando de la floresta con sus vagones cargados de oro. Y por todo sitio, movediza y transparente como una alegoría de la sensualidad, veía una figura femenina que tenía las piernas de un cocote, el sombrero de una marquesa, los ojos de un tahitiana y absolutamente nada de su mujer.
- Extracto de El Capote de Nicolás Gogol
Dieron a elegir a la parturienta entre tres nombres: Mokkia, Sossia y el del mártir Josdasat. «No -dijo para sí la enferma-. ¡Vaya unos nombres! ¡ No!» Para complacerla, pasaron la hoja del almanaque, en la que se leían otros tres nombres, Trifiliy, Dula y Varajasiy.
-¡Pero todo esto parece un verdadero castigo! -exclamó la madre-. ¡Qué nombres! ¡Jamás he oído cosa semejante! Si por lo menos fuese Varadat o Varuj; pero ¡Trifiliy o Varajasiy!
Volvieron otra hoja del almanaque y se encontraron los nombres de Pavsikajiy y Vajticiy.
-Bueno; ya veo -dijo la anciana madre- que este ha de ser su destino. Pues bien: entonces, será mejor que se llame como su padre. Akakiy se llama el padre; que el hijo se llame también Akakiy.
Como puedes apreciar en los tres ejemplos, el narrador conoce todo de los personajes y narra con seguridad los hechos de los mismos, sus pensamientos y sus futuras acciones, sin generar ninguna interferencia dentro de la historia, como si de un Dios se tratará, la narrativa bajo esta modalidad es muy común en las novelas de suspenso para generar mayor interés en los lectores y atraer al máximo su atención.