10 Ejemplos de Fábulas para Niños

Las fábulas son una herramienta maravillosa en la literatura infantil, ya que no solo entretienen a los niños, sino que también transmiten valiosas enseñanzas que pueden ayudarles a comprender el valor de la honestidad, el esfuerzo, la amabilidad y otras virtudes.

A lo largo de la historia, las fábulas han sido una forma popular de enseñar lecciones a través de personajes encantadores, como animales que actúan y hablan como humanos.

En este artículo, exploraremos qué son las fábulas, su importancia en la educación infantil y algunos ejemplos de fábulas clásicas que los niños pueden disfrutar y aprender.

¿Qué es una Fábula?

Una fábula es un relato breve, generalmente protagonizado por animales o elementos de la naturaleza que poseen características humanas, como la capacidad de hablar o razonar. La peculiaridad de las fábulas es que, al final de cada historia, se presenta una moraleja o enseñanza. A menudo, esta moraleja es una lección ética que busca inculcar valores y principios morales en los lectores.

Ejemplos de Fábulas para Niños

Ejemplos de Fábulas para Niños

Algunos ejemplos de fabulas para niños populares, son:

1. La liebre y la tortuga

En un bosque lleno de animales, una liebre siempre se jactaba de ser la más veloz. Un día, se encontró con una tortuga que caminaba lentamente por el sendero y, entre risas, comenzó a burlarse de ella por su lentitud. La tortuga, cansada de las burlas, decidió desafiar a la liebre a una carrera. Todos los animales se reunieron para ver este insólito reto.

Cuando comenzó la carrera, la liebre salió disparada y pronto dejó a la tortuga muy atrás. Sintiéndose confiada, decidió descansar bajo un árbol, pensando que le sobraba tiempo para ganar.

Mientras tanto, la tortuga seguía avanzando con pasos lentos pero constantes. Cuando la liebre despertó, se dio cuenta de que la tortuga estaba a punto de cruzar la meta y corrió tan rápido como pudo, pero ya era demasiado tarde. La tortuga ganó la carrera, demostrando que la constancia puede vencer a la arrogancia.

Moraleja: La perseverancia y el esfuerzo superan a la arrogancia.

2. El zorro y las uvas

En una tarde calurosa, un zorro hambriento paseaba por un viñedo cuando vio un racimo de uvas jugosas colgando de una parra alta. Se le hizo agua la boca y, decidido a comerlas, dio varios saltos intentando alcanzarlas, pero estaban demasiado altas.

Después de muchos intentos fallidos, se dio por vencido y, para no admitir su fracaso, se alejó diciendo: «De todos modos, esas uvas están verdes y seguramente amargas». Con ese consuelo, se retiró del lugar.
Moraleja: A veces despreciamos lo que no podemos alcanzar.

3. La cigarra y la hormiga

Durante todo el verano, la cigarra cantó y disfrutó de los días soleados, sin preocuparse por el futuro. Mientras tanto, la hormiga trabajaba sin descanso, recolectando y almacenando comida para el invierno. La cigarra se burlaba de la hormiga, diciendo que debería disfrutar del presente.

Sin embargo, cuando llegó el invierno, la cigarra no tenía nada para comer y, desesperada, fue a pedir ayuda a la hormiga. La hormiga, aunque le recordó su imprudencia, compartió parte de sus provisiones. La cigarra comprendió la importancia de ser previsora y trabajar para los tiempos difíciles.

Moraleja: Es importante prepararse para el futuro y no depender siempre de los demás.

4. El león y el ratón

Un león estaba durmiendo tranquilamente en la selva cuando un pequeño ratón pasó corriendo sobre él. El león despertó, molesto, y atrapó al ratón con su gran pata. El ratón, temblando de miedo, le suplicó al león que lo dejara ir, prometiéndole que algún día le devolvería el favor.

El león, divertido por la idea de que un ratón pudiera ayudarle, lo soltó. Unos días después, el león fue atrapado en una red por unos cazadores. Al oír sus rugidos de desesperación, el ratón acudió en su ayuda y mordisqueó las cuerdas hasta liberarlo. El león aprendió que incluso los más pequeños pueden ser de gran ayuda.

Moraleja: Hasta el más pequeño puede ser útil en momentos de necesidad.

5. La zorra y el cuervo

Un día, un cuervo encontró un pedazo de queso y se posó en la rama de un árbol para disfrutarlo. Una zorra, que estaba hambrienta y vio el queso, decidió ingeniárselas para conseguirlo. Se acercó al árbol y empezó a elogiar al cuervo: «¡Qué plumaje tan brillante tienes! Seguramente tu voz es tan hermosa como tus plumas».

El cuervo, halagado, quiso demostrar su canto y abrió el pico, dejando caer el queso. La zorra lo atrapó rápidamente y se alejó, dejándolo sin su preciado bocado.

Moraleja: No te dejes llevar por los halagos, ya que pueden tener un propósito oculto.

6. El viento y el sol

Un día, el viento y el sol discutían sobre quién era más fuerte. Para decidirlo, acordaron hacer una prueba: ver quién lograba que un viajero se quitara su abrigo. El viento sopló con toda su fuerza, tratando de arrancarle el abrigo, pero el hombre solo se aferró a él con más fuerza.

Entonces, el sol comenzó a brillar suavemente, calentando el ambiente, hasta que el viajero se sintió tan cómodo que decidió quitarse el abrigo.

Moraleja: La amabilidad y la persuasión logran más que la fuerza y la imposición.

7. El burro y la cigarra

Un burro escuchaba a una cigarra cantar todos los días, y pronto comenzó a envidiar su voz melodiosa. Pensó que, si comía las mismas hojas de laurel que la cigarra, podría cantar igual que ella. Así que decidió comer una gran cantidad de hojas de laurel.

Sin embargo, en lugar de adquirir la voz de la cigarra, el burro terminó con un gran dolor de estómago. Aprendió que cada uno tiene sus propias habilidades y que no debía intentar ser algo que no era.

Moraleja: No intentes ser algo que no eres.

8. El lobo con piel de oveja

Un lobo hambriento ideó un plan para acercarse al rebaño sin ser descubierto: se cubrió con una piel de oveja y así logró entrar en el redil. Al caer la noche, cuando el pastor se retiró, el lobo se mezcló con las ovejas y empezó a cazarlas sin que lo notaran. Sin embargo, al día siguiente, el pastor descubrió el engaño y lo expulsó del redil.

Moraleja: Las apariencias engañan, y los engaños no duran para siempre.

9. El perro y su reflejo

Un perro llevaba en el hocico un hueso grande y delicioso. Mientras cruzaba un puente, miró hacia el río y vio su reflejo en el agua, pensando que era otro perro con un hueso aún más grande. Avaricioso, intentó arrebatar el hueso de «su reflejo» y abrió la boca para atraparlo, dejando caer el hueso que realmente tenía. Al final, perdió el hueso que ya poseía y se quedó sin nada.

Moraleja: La codicia nos puede hacer perder lo que ya tenemos.

10. El niño y el lobo

En un pequeño pueblo, un niño cuidaba de un rebaño de ovejas. Aburrido y buscando diversión, decidió gastar una broma gritando: «¡Lobo! ¡Lobo!» para que los aldeanos acudieran en su ayuda. Los aldeanos llegaron corriendo, pero al ver que era una broma, se enojaron y regresaron al pueblo.

El niño repitió la broma varias veces, hasta que finalmente un lobo apareció de verdad y comenzó a atacar a las ovejas. Cuando el niño gritó pidiendo ayuda, nadie acudió en su auxilio, y el lobo se llevó varias ovejas.

Moraleja: La mentira, aunque parezca divertida, trae consecuencias y hace que los demás pierdan la confianza en nosotros.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *