La clasificación de Triage establece cinco grados de consideración para las urgencias médicas, fundadas en la gravedad del paciente.
El termino Triage, es de origen francés y denota clasificación, tipología o bien categorización el mismo sirve para determinar el grado de urgencia con el cual un paciente debe ser atendido.
La palabra Triage haya su fundamento y razón de ser solamente en lo que respecta a la connotación de urgencias, si los pacientes no se encuentran en estado de gravedad, el Triage no es consecuente.
En efecto, esta es una terminología solamente a aplicar en el área de emergencias, de aquí la primacía de conocer la tipología del mismo, para poder brindar el tratamiento adecuado al paciente.
Clasificación de Triage
Triage I.
Considera la etapa de mayor urgencia acorde a la cual el paciente presenta un cuadro grave que sin lugar a dudas puede desencadenar en un cuadro vegetativo o bien en el desenlace final.
Este Triage se caracteriza por el paciente presentar una serie de síntomas y signos como es la descompensación generalizada, hemorragia imparable, perdida del conocimiento y de la capacidad de respirar, suele evidenciarse por heridas de larga extensión y abiertas, como también por la pérdida de miembros u órganos.
Triage II.
En este caso el paciente presenta un fuerte cuadro sintomático caracterizado por la presencia de dolor crónico que se manifiesta en fuerte congestión funcional, en esta etapa es posible la presencia de gangrena en un miembro, la pérdida temporal del oxígeno.
De igual forma, es notable el deterioro paulatino del paciente, siendo necesaria su intervención a fin de evitar el cese funcional del organismo.
Triage III.
Pacientes que manifiestan un fuerte deterioro, sin embargo, este no resulta en extremo notorio ya que el mismo puede resultar como consecuencia de una patología.
No obstante, el dolor se haya manifiesto, es posible apreciar ciertas zonas inflamadas, edemas naturales, todo ello amerita la revisión generalizada del paciente con el fin de brindarle mayor bienestar y evitar que se desencadene un proceso de deterioro.
Triage IV.
En este caso el paciente, presenta una serie de condiciones anormales pero que de una forma u otra no permiten percibir un estado de deterioro, en este caso el cuadro sintomático más evidente se haya constituido por la presencia de fiebre y dolor localizado.
Es menester incorporar el paciente a exámenes de rutinas y de evaluación generalizada con el fin de determinar si el mismo presenta alguna patología que pueda colocar en riesgo su vida, siendo necesario que este se encuentre en constante observación.
Triage V.
Esta etapa es incluida pero no inmiscuye en ningún caso riesgo para la persona, ciertamente esta puede llegar a presentar cierta sintomatología pero ello no implica que la misma deba ser atendida de urgencia.
Se inmiscuye entre la clasificación para poder con ello establecer una etapa de atención no apresurada, en la cual el paciente no presenta rasgos de enfermedad.
Sin embargo, los exámenes son necesarios ya que puede estarse en presencia de una patología asintomática o silenciosa.
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