Acorde a la clasificación de Texas se distinguen seis grados de afectación de los pies diabéticos con ocasión de las ulceras.
En efecto, un pie diabético es un problema que solo aqueja a las personas que padecen dicha patología caracterizada por el exceso de glucosa en la sangre y la imposibilidad del páncreas para generar insulina, como es de suponer tales fallas acarrean problemas, tanto en la circulación como en el pie.
Como consecuencia de las diabetes, las extremidades inferiores suelen verse enormemente afectadas a razón de que la misma, genera una fuerte congestión en las venas como producto del poco oxigeno que llega a la sangre, de igual forma, la excesiva cantidad de glucosa acarrea una serie de problemas en la piel, tornándola más suave y vulnerable a los roces con el medio ambiente, pudiendo esta verse fácilmente afectada por cualquier objeto.
La clasificación de Texas reviste una importancia vital para la medicina, ya que permite a la misma determinar el grado de afección que el pie puede sufrir y el avance que la propia diabetes está adquiriendo.
Clasificación de Texas
Grado 0.
En este caso el pie no presenta ningún tipo de ulcera que lo comprometa, es posible que el mismo pie pueda presentar una serie de burbujitas pero ningún otro síntoma que pueda generar problemas mayores de salud en el mismo.
Esta etapa suele categorizarse como pie sano, ya que el diabético no evidencia ninguna clase de lesión sobre su piel.
Grado 1.
En este grado, la diabetes ha comenzado a generar ciertos estragos, siendo ello notorio en la epidermis, por la presencia de llagas que se tornan delicadas al tacto, pese a ser superficiales ocasionan fuerte dolor a las personas, siendo imposible en esta etapa el calzado.
Grado 2.
Las llagas ya han dejado de afectar solo la epidermis para pasar a afectar zonas o capas más profundas de la piel, ante esto el musculo comienza a evidenciarse y la sangre a hacerse presente.
Grado 3.
La ulcera que se presenta es la misma del grado dos, pero con un plus, esta evidencia celulitis, es decir, la ulcera presenta un fuerte grado de infección en la que es necesaria primero el tratamiento de la celulitis, para la posterior atención de la ulcera.
La celulitis se evidencia como un ligamento con postema que atraviesa toda la ulcera.
Grado 4.
Los tejidos comienzan a supurar sangre y con ello los mismos van perdiendo oxígeno, la reproducción celular se torna imposible, siendo necesaria la retiración del tejido muerto y realizar ciertos implantes para su mejoría, siempre y cuando el estado de la enfermedad lo permita.
Grado 5.
La gangrena es eminente, la piel ha perdido su tonicidad y la zona muscular ha iniciado un proceso de putrefacción debido a la falta de sangre, en estos casos, es necesario proceder a la amputación del dedo o del pie, antes de que este desencadene un peligroso proceso infeccioso que pueda perjudicar demás órganos.