Clasificación de Pelly Gregory

Los molares números tres se dividen de acuerdo a la clasificación de Pelly Gregory en relación al segundo molar y por la profundidad de este en la cavidad ósea. En efecto, conforme a la categorización que funda la relación del tercer molar con el segundo molar se advierten tres tipos de clases; mientras que por la profundidad con que el tercer molar se haya, se distinguen tres posiciones.

Los molares son las muelas que se hayan en la cavidad bucal y que resultan de gran importancia para la mordida, masticada de los alimentos y su posterior ingesta. Estas muelas a las que hacemos referencias se conocen en el tecnicismo odontológico como el tercer molar, y son popularmente reconocidas como las cordales.

Como sabrás, y si no nosotros te ilustramos, las cordales suelen aparecer en la superficie de la encía casi alcanzada la mayoría de edad (que en la gran parte de las legislaciones es considerada a los 18 años), y que en gran parte de los casos clínicos su erosión indica un fuerte malestar, motivo por el cual deben ser extraídas, de aquí la clasificación de Perry Gregory que permite vislumbrar a los expertos por medio de radiografías, la posición o dirección en que vienen estos molares y facilitar así su extracción.

Clasificación de Perry Gregory.

Clasificación de Perry Gregory.
Grafica de cómo se clasifica según Perry Gregory.

Por la relación del tercer molar con el segundo molar.

Clase I.

De acuerdo a esta primera categoría, existe una deficiencia anatómica, que determina que entre la segunda muela y la cavidad bucal ascendente existe cabida para extraer la cordal.

Clase II.

Conforme a esta clase, el tercer molar sobresale, pero sin que exista mayor espacio entre el segundo molar y la parte de la encía.

En consecuencia, el tercer molar se aprecia solo en parte de su corona.

Clase III.

En este caso, el tercer molar comienza a erosionar pero no encuentra espacio en la cavidad bucal para ello, de modo tal que genera una incomodidad en la boca, que puede generar el embollamiento del molar y por ende la inflamación de los tejidos.

Por la profundidad del tercer molar en el hueso.

Posición A.

De acuerdo a esta categoría, la corona del molar se haya sobresalida por encima de la raíz del segundo molar.

Siendo esta una de las extracciones más fáciles de realizar al ser evidente la presencia de la corona.

Posición B.

Conforme a esta posición, el tercer molar se ve afectado en cuanto a la salida, ya que se ubica al ras de la superficie de la mandíbula, en efecto, se considera que queda cerca de la raíz del segundo molar, pero sin superar esta.

Posición C.

En este caso, el tercer molar no ha logrado sobresalir, considerando que el mismo debe ser atendido de forma inmediata, ya que este comienza a generar incomodidad dentro de la encía pues queda atascado.

Estas categorizaciones son evidentes en las radiologías, donde se puede constatar mejor la dirección y la salida de estas, como la raíz del tercer molar.

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