Las recesiones gingivales, son clasificadas por Miller en cuatro clases.
Una recesión gingival, se constituye en una disminución del tejido de la encía que cubre el diente, es decir, la encía o bien mucosa bucal cubre la parte inferior de la estructura dentaria conocida como raíz del diente, cuando esta se deteriora bien sea por agentes externos o por el paso de la edad que afecta el organismo, deja expuesto la misma.
Esta condición no tiene un solo origen la misma puede deberse a una serie de factores, como lo son:
- Técnicas mecánicas inadecuadas, es decir, algunas personas desconocen la forma idónea de cepillarse o bien imprimen demasiada fuerza mientras lleva a cabo dicha limpieza, razón por la cual llegan a lastimar la encía o bien hacen que el tejido se deteriore.
- Por traumatismos que se sufran en el nivel dentario, lo que puede hacer que se vea afectado el tejido de la mucosa.
- La placa puede ocasionar que el tejido dentario se vea afectado, ocasionando con ello un proceso inflamatorio e infeccioso que exponga la raíz del diente.
La importancia de conocer la clasificación de la exposición dentaria a la que conlleva una recesión gingival, guarda una vital importancia en los casos clínicos con el fin de colocar el tratamiento correspondiente y los correctivos quirúrgicos necesarios.
Clasificación de Miller.
Clase I.
En este caso no existe mayor exposición dentaria, bajo la observancia del experto se aprecia que el tejido mucoso dental se haya levemente lastimado, en ocasiones se hace necesaria la prescripción de un tratamiento que inmiscuye tocamientos por medio de productos antinflamatorios y antibióticos.
Clase II.
En este caso, comienza a observarse de forma pronunciada la raíz del diente, este por lo general es ocasionado por traumatismos, como es el caso de un golpe que inmiscuye la afección de las zonas de la mucosa dentaria.
Pero en todo caso, aunque se aprecie el diente, el tejido se mantiene allí y por medio de la ingesta de ciertos medicamentos el mismo puede ser regenerado.
Clase III.
Dicha clase inmiscuye la pérdida del tejido, además evidencia la exposición del diente que dada su desnudez comienza a sufrir los embates de los agentes externos.
Se hace necesaria la intervención de los especialistas con el fin de que comiencen los injertos y los procesos de limpieza, en ocasiones se hace necesario, la colocación de tratamientos a base de antibióticos a fin de evitar toda proliferación de bacterias perjudiciales para la salud bucal.
Clase IV.
La exposición dental se hace muy evidente, tanto por la pérdida de tejido como por la pérdida del esmalte, en estos casos la persona necesita de intervención quirúrgica inmediata.
Es posible que el paciente presente sangrado dental en exceso dada la perdida y debilitamiento de los tejidos, se hace necesario la aplicación de tratamiento venoso para la inflamación y las bacterias, todo con el fin de evitar infecciones que coloquen en riesgo la vida del paciente.
Se amerita una intervención quirúrgica para detener el sangrado y luego realizar el implante.