Acorde a Gustilo, las fracturas abiertas se pueden clasificar en tres niveles.
Como sabrás una fractura se constituye en una disección producida en un objeto sólido, en términos ya médicos, ello refiere a la estructura ósea del cuerpo que se produce como consecuencia de una caída, de un golpe o bien por fuerza.
En efecto, una fractura no es más que la observancia de una segmentación o fisura que se ocasiona en el hueso humano, ocasionando una segmentación en la continuidad del mismo, el estudio referente a estas va dirigido a la clasificación de las mismas con el fin de apreciar sus efectos en el organismos, más exactamente en los tendones, articulaciones, partes blandas o tejidos que acompañen el hueso afectado.
Una de las más prevalentes y que mayor atención amerita son las fracturas expuestas o bien llamadas abiertas que no son más que aquellas que una vez se producen ocasionan que el mismo hueso astillado, supere las capas de la dermis permitiendo la evidencia de este en el exterior.
Debiendo sucederle un tratamiento inmediato, intervención quirúrgica y adecuaciones constantes, su abordamiento es procedente acorde a la clasificación de fracturas abiertas expuesta por Gustilo, la cual es genéricamente aceptada.
Clasificación de fracturas abiertas según Gustilo.
Tipo I.
Son aquellas en las que no resulta tan evidente la exposición de la fracturas, caracterizada por una leve dilatación de la piel que puede encontrarse con pequeñas aberturas, en ocasiones estas cortadas obedecen a agentes exteriores y no internos, de modo tal que la fractura si bien se produce no es notoria en su totalidad, sin embargo pese a no haber mayor exposición de partes blandas se amerita estudios complementarios para evidenciar la magnitud del daño interno.
Tipo II.
En este caso la exposición es evidente pero de forma mínima, en comparación con los estadios subsiguientes, ya que en esta etapa se aprecia el hueso pero sin mayor desfragmentación, de modo tal que el segmento óseo se aprecia en su totalidad, y al no estar expuesta gran extensión de tejidos la posibilidad de contaminación disminuye.
No obstante pese a ello, es necesario la evaluación por estudios complementario, de ser posible la adecuación inmediata y el resguardo del tejido para evitar su necrosis y posterior proliferación de bacterias.
Tipo III.
En ocasiones la clasificación suele presentar diversos estadios dentro del tipo III, pero a pesar de ello, la medicina de emergencia considera que ello no es procedente porque desde el momento de su ocurrencia la gravedad sigue siendo la misma.
De modo tal que este estadio, distingue las fracturas con gran exposición de tejidos blandos no siendo posible apercibir algún tipo de extensión determinada, el hueso se haya totalmente expuesto y en ocasiones la fragmentación y segmentación del mismo se ha producido con pérdida de material óseo.
También se produce la exposición integra de los tejidos, encontrándose estos de una forma u otra ya en condiciones de necrosis de modo tal que la misma debe ser retirada para evitar que la misma ocasione bacterias.