Definamos términos
Al respecto conviene aclararte que antes de indicarte ejemplos, siempre resulta mejor explicar de qué tratan los conceptos a desarrollar. En este sentido, te indicamos que una fortaleza personal consiste en una facultada, destreza a condición de la persona donde la misma se destaca y actúa con méritos que la hacen sobresalirse ante los demás.
Por el contrario, una debilidad es una flaqueza o lo que es igual es una falta de carácter, a través de la cual la persona no muestra poder de decisión o definitivamente se queda sin contemplar mayores acciones ante una situación determinada.
En pocas palabras, una persona muestra su fortaleza cuando se destaca en determinado ámbito de la vida social, privada o profesional. Mientras que una persona es débil no puede sobresalir, y del mismo modo, no puede levantarse ni tampoco contrarrestar sus miedos, por lo que no logra superar los objetivos de la actividad.
Situaciones de ejemplo para las fortalezas o debilidades
Para que puedas comprender mejor estos conceptos, vamos a describirte mejor una serie de situaciones hipotéticas, con descripciones, para que conozcas como son las fortalezas y debilidades y puedas así entenderlas mejor:
1. Honestidad versus deshonestidad
Un ejemplo clásico de esto, podemos apreciarlo cuando un niño encuentra dinero en un salón de clase, el que es honesto procederá a entregárselo a su maestra, para que la misma ubique el dueño.
Mientras que aquel niño que no se honesto, procederá guardarse el dinero sin decírselo a nadie; de este modo, es posible como el mismo puede incluso quedarse callado y resguardándose el dinero para sí incluso cuando aparezca el dueño del mismo.
2. Paciencia versus premura
Muchas personas consideran que la paciencia es una virtud, pero la misma alude a una fortaleza de la cual puede gozar una persona, en este sentido una persona paciente puede tolerar a todo aquel que esté pasando por una situación difícil y le muestre desagrado o reaccione de forma inadecuada.
Una persona paciente puede mostrarse tolerante, apacible e incluso compresible ante situaciones de vida, que pueden resultarle adversas y que además pueden generarle malestar. No obstante, quien es paciente puede ser empático y actuar con lentitud ante las distintas situaciones.
Por el contrario, quien no es paciente, actúa con premura, es decir, que ante todo se dirige con rapidez, y en la mayoría de los casos, puede hablar sin pensar, sin mediar las consecuencias de los actos y sin importarle que sus acciones puedan generar molestias ante los demás.
Es por ello, que la presencia de una persona con premura puede tornar el ambiente tenso, además esta persona puede actuar con tanta rapidez que puede generar consecuencias negativas o nefastas para los demás; por ejemplo, quien tenga premura por asistir a un lugar y termine conduciendo mal y ocasionando un accidente.
3. Compromiso y egoísmo
El compromiso y el egoísmo siempre han sido conceptos contrarios entre sí, esto se debe a que cada uno comprende acciones distintas por lo que generan consecuencias muy desiguales.
Una persona que asume el compromiso con una causa, trabaja por la misma hasta obtener resultados satisfactorios, es así, como se puede contemplar que una persona deseosa de tener ganancias para su equipo, se despoja de sí mismo para que todos ganen. Por ejemplo, Carlos forma parte de un equipo de trabajo de una empresa y para poder ganar tiene que dejar de asistir a sus fiestas de fines de semana, dejando de lado así su disfrute, pero obteniendo a largo plazo resultados satisfactorios gracias a sus esfuerzos, como aumento de sueldo, ascenso e incluso beneficios.
Por el contrario, la persona que no asume compromisos es egoísta, resultado la misma lo suficientemente dañina para ella misma y para su entorno, tomando el ejemplo antes citado, si Carlos hubiese actuado de forma egoísta, hubiese acudido a sus fiestas, dejando a su equipo solo, sin trabajar y sin formar parte de un grupo, por lo que hubiese perdido los beneficios pero también afectado a todo su equipo de trabajo. De esta forma, es como puede contemplarse que la persona egoísta, actúa para sí misma y su solo provecho.
4. Valentía y cobardía
Estas son dos concepciones que se contraponen desde un principio, de esta forma, es posible observarse que una persona valiente, siempre será más ponderada que una persona cobarde.
De este modo, es como puede contemplarse que una persona valiente puede hacer frente a las adversidades y a las distintas situaciones que se le puedan presentar. Por el contrario, es posible admitir que una persona cobarde no puede en ningún caso asumir sus miedos, por lo que puede retrasarse en sus acciones como también en sus proyectos. Un ejemplo de ello, es que una persona cobarde no puede atender situaciones difíciles, porque no se siente capaz.