Tipos de Hemofilia en Niños

La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario que afecta a aproximadamente 1 de cada 5,000 niños varones a nivel global. En niños, esta condición implica un riesgo elevado de sangrados espontáneos o prolongados debido a deficiencias en proteínas clave de la coagulación sanguínea.

Aunque no tiene cura, un diagnóstico temprano y manejo adecuado permiten a los menores llevar vidas activas y saludables. En este artículo exploraremos los tres tipos A, B y Csus causas, síntomas y abordajes terapéuticos.

¿Qué es la Hemofilia en Niños?

La hemofilia es un trastorno genético de la coagulación caracterizado por la deficiencia o disfunción de factores de coagulación sanguínea. En condiciones normales, estos factores trabajan con plaquetas para formar coágulos estables que detienen hemorragias. En niños con hemofilia, este proceso falla, provocando:

  • Sangrados prolongados tras lesiones menores (cortes, caídas).
  • Hemorragias internas espontáneas, especialmente en articulaciones (rodillas, codos) y músculos.
  • Riesgo de daño articular crónico o anemia si no se controla.
    La mayoría de los casos son hereditarios, vinculados al cromosoma X, mientras otros surgen por mutaciones espontáneas sin antecedentes familiares.

Tipos de Hemofilia en Niños

Tipos de Hemofilia: Causas, Síntomas y Tratamientos

Los tipos de hemofilia se clasifican de la siguiente manera:

1. Hemofilia A (Déficit de Factor VIII)

  • Causas: Mutación en el gen F8 del cromosoma X. Afecta principalmente a varones, mientras las niñas suelen ser portadoras asintomáticas o con síntomas leves.
  • Prevalencia: Representa el 80% de todos los casos (1 en 5,000 nacimientos de varones).
  • Síntomas por gravedad:
    • Leve (5-40% de factor VIII): Sangrado tras cirugías o traumatismos.
    • Moderada (1-5%): Hemorragias tras lesiones menores y ocasionales espontáneas.
    • Grave (<1%): Sangrados espontáneos frecuentes en articulaciones y músculos.
  • Complicaciones clave:
    • Hemartrosis: Sangrado articular recurrente que causa dolor, inflamación y daño articular irreversible.
    • Inhibidores: Anticuerpos que neutralizan el factor VIII administrado.
  • Tratamientos:
    • Terapia de reemplazo: Infusiones intravenosas regulares de factor VIII recombinante o derivado de plasma.
    • Profilaxis: Administración preventiva 2-3 veces por semana para reducir sangrados espontáneos.
    • Emicizumab: Anticuerpo biespecífico para hemofilia A con inhibidores; se aplica semanalmente vía subcutánea.

2. Hemofilia B (Déficit de Factor IX o «Enfermedad de Christmas»)

  • Causas: Mutación en el gen F9 del cromosoma X. Al igual que la tipo A, es ligada al sexo y afecta mayoritariamente a niños.
  • Prevalencia4 veces menos común que la hemofilia A (1 en 20,000-30,000 varones).
  • Síntomas: Clínicamente indistinguibles de la hemofilia A, pero con menor frecuencia de sangrados espontáneos en casos leves.
  • Complicaciones distintivas:
    • Pseudotumores: Acumulaciones de sangre en tejidos blandos que simulan tumores y pueden erosionar huesos.
  • Tratamientos:
    • Factor IX recombinante: Infusiones preventivas o a demanda. Su vida media más larga permite profilaxis con menos dosis.

3. Hemofilia C (Déficit de Factor XI)

  • Causas: Mutación autosómica recesiva en el gen F11 del cromosoma 4. No ligada al sexo: afecta por igual a niños y niñas.
  • Prevalencia: Muy rara, pero más frecuente en judíos asquenazíes.
  • Síntomas:
    • Sangrado prolongado tras cirugías o traumatismos, pero rara vez espontáneo.
    • Menor gravedad general comparada con A/B.
  • Tratamientos:
    • Ácido tranexámico: Antifibrinolítico oral usado en procedimientos dentales.
    • Plasma fresco congelado (PFC): Contiene factor XI; se usa cuando hay sangrado activo.

Cuidados Diarios y Manejo Integral

  • Prevención de sangrados:
    • Evitar deportes de contacto (fútbol, rugby) y preferir natación o ciclismo.
    • Uso de equipos protectores (cascos, rodilleras) durante actividades recreativas.

Higiene bucal rigurosa para reducir necesidad de extracciones dentales.

  • Manejo farmacológico:
    • Evitar AINEs (ibuprofeno, aspirina) que agravan sangrados; usar paracetamol para dolor.
    • Vacunación contra hepatitis A/B si reciben hemoderivados.
  • Soporte psicosocial:
    • Educación escolar sobre primeros auxilios y manejo de emergencias.
    • Apoyo psicológico para prevenir ansiedad relacionada con lesiones.

Conclusión

Entender las diferencias entre hemofilia A, B y C es crucial para un manejo pediátrico efectivo. Mientras los tipos A y B requieren terapias de reemplazo continuo y vigilancia de complicaciones articulares, la tipo C suele manejarse con abordajes menos intensivos. Los avances en terapias génicas y medicamentos prometen mejoras en calidad de vida. Con un seguimiento multidisciplinar, los niños pueden desarrollar una infancia plena y activa.

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