Tipos de Pelvis

La pelvis se clasifica en ginecoide, androide, antropoide, platipeloide.

La pelvis es una estructura ósea, que se ubica por encima de las extremidades inferiores en los mamíferos, y externamente luce como una cavidad que almacena los órganos reproductores, parte del aparato urinario y la parte final del tracto digestivo.

La pelvis se distingue en mayor o en menor, aquel conforme a la cual, la zona mayor es aquella que se encuentra en la parte posterior y es lo suficientemente ensanchada; mientras que la pelvis menor es aquella que se ubica en la zona anterior y siendo la más estrecha donde se puede ubicar la vejiga, los órganos y el tubo digestivo final.

Esta parte ósea, sirve para una serie de aspectos funcionales, brinda soporte a la parte superior del cuerpo, además sirve de resguardo para la protección de los órganos que se encuentran en la pelvis y que además se disponen en el vientre.

Además sirve para la articulación de los miembros inferiores, siendo el soporte de los mismos, a fin de que estos puedan moverse en conjunto con el cuerpo, permitiendo eso que esta sirva de engranaje para el movimiento generalizado de toda la estructura ósea.

¿Cuáles son los tipos de pelvis?

Tipos de Pelvis

Ginecoide.

Este tipo es considerado el más común en las mujeres, de hecho estudios anatómicos generalizados han determinado que cerca del 50% de la población femenina a nivel mundial posee este tipo de pelvis, siendo considerada la idónea para el parto natural y espontaneo, dada las características óseas y estructurales de la misma.

Dentro de sus características óseas se encuentra que la parte superior es de forma redonda o bien ligeramente ovalada, siendo de longitudes similares tanto en su parte transversal como en su parte posterior.

En lo que respecta a la zona lateral, sus paredes son paralelas y de dirección recta, mientras que las prolongaciones ciáticas no resultan tan evidentes en la contextura ósea.

Mientras que la depresión superior del hueso de la cadera se aprecia con cierta redondez, en cuanto al sacro, la parte ósea posterior de la pelvis, presenta una longitud y dirección propicia, siendo su parte frontal cóncava, es decir, que se encuentra inclinada hacia el centro.

Hay quienes consideran que esta es común de encontrar en aquellos cuerpos que presentan mayores rasgos de femineidad, tal es el caso, de mujeres que presentan una estatura normal, caderas no tan pronunciadas, muslos de gran extensión y piernas delgadas, por lo general coincide con mujeres de contextura esbelta.

Dada sus características esta es la pelvis que resulta ideal para el parto natural y totalmente espontaneo, ya que el feto rota en la misma para su expulsión, se considera que el trabajo se da de forma más expedita y el bebé sufre menos fórceps en su salida.

Androide.

Muchos especialistas en anatomía patológica, han realizado estudios respecto a esta pelvis, determinando que la misma presenta grandes similitudes en comparación con la pelvis masculina y ello obedece a sus condiciones óseas.

Dicha pelvis se corresponde a sus diámetros son todos sin excepciones por demás insuficientes, es decir, son de muy poco grosor y muy estrechos,  la parte posterior queda sumamente reducida por lo que esta pelvis no es óptima para el encajonamiento del bebé.

En lo que respecta al sacro, es aquel que se ubica en la parte posterior, y aunque resulta de gran prolongación, el mismo presenta una forma peculiar en embudo, lo que hace que la pelvis en su generalidad se estrecha.

Las prolongaciones ciáticas resultan por igual evidentes, pero su unión resulta por demás estrecha, todo esto hace que el diámetro en la mayoría de las circunstancias resulte insuficiente para que el feto pueda desplazarse al momento de su expulsión, por lo que debe recurrirse al fórceps o bien en casos extremos a la cesárea.

Algunos consideran que esta pelvis tiene una forma de corazón y es característica de aquellas mujeres que tienen ciertos rasgos de masculinidad en su fisonomía, presentando hombros anchos al igual que la cintura, y las extremidades inferiores gruesas y de apariencia de cilindros.

Antropoide.

Guarda cierta similitud con la pelvis anterior, ya que presenta una gran estrechez en sentido transversal, además presenta cierta complejidad donde la parte posterior es más ancha que la anterior.

Las escotaduras ciáticas son de proporciones grandes, mientras su descenso es estrecho, lo que le brinda una gran longitud a esta pelvis, resultando una de las más largas de esta tipología, dado que las prolongaciones laterales son paralelas.

Pese a su longitud, las espinas ciáticas no resultan evidentes, lo que hace que la pelvis luzca con cierta estrechez a medida que se va descendiendo, desde el hueso posterior superior hasta su abertura inicial, por lo que la zona sub-púbica es muy reducida.

Estudios morfológicos, antropológicos y anatómicos generalizados han determinado que esta pelvis es característica de las mujeres de raza negra, o bien de las afrodescendientes.

Platipeloide.

De forma bastante peculiar, en sentido trasversal es ancha, mientras que en la zona posterior resulta estrecha, de aquí que su forma generalizada sea la de un ovalo, y en sentido longitudinal transversal resulta en una pelvis lo suficientemente larga.

En la parte posterior de la cadera luce estrecha, el sacro que es toda la estructura ósea que se encuentra al final de la pelvis es plano y recto, en ocasiones presenta una leve inclinación hacia el frente, resultando complejo su estrechez, siendo más amplia en la parte inferior que en la zona superior.

Por la forma de esta pelvis resulta improcedente la expulsión del feto, lo que conllevaría necesariamente a la práctica de una cesárea. Es común encontrar esta morfología en las mujeres procedentes de países asiáticos.

La prioridad de conocer la tipología de la pelvis reside en poder determinar la capacidad que tiene una mujer o no, de poder dar a luz de forma natural y espontánea, es decir, sin que pueda sufrir algún tipo de desgarro mayor o bien el bebé pueda sufrir complicaciones al momento de su alumbramiento, pudiendo tener así un parto normal.

 

 

 

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