Tipos de Madera

La madera se clasifica según la dureza y según la humedad.

Se considera madera, la parte del árbol que se encuentra por debajo de la corteza, la cual goza de características bastante peculiares, entre las cuales destaca la elasticidad que esta misma puede poseer, la que permite que pueda ser trabajada de distintas formas y se pueda manipular para ciertos fines.

Es por ello, que se ha considerado el material más noble por la facilidad con la que la misma puede moldearse y doblegarse, pero no por ello, debe considerarse que la misma se torna inquebrantable, ya que la madera suele resquebrajarse ante ciertos organismos que pueden afectar su estructura o bien que pueden aniquilarla por completo.

El caso más común de ello, podemos verlo en los incendios, cuando se aprecia que las llamas y altas temperaturas suelen corroer por completo el material y ocasionar que el mismo quede desintegrado por completo.

Lo mismo sucede con las termitas, las cuales tienen una especie de atracción por el material químico del cual se haya compuesta la madera, siendo esto un motivo suficiente para que se sientan atraído por el mismo, y lo consuman con gran rapidez.    

¿Cuáles son los tipos de madera?

Tipos de Madera

Según la dureza.

Blandas.

Se trata de la más común de todas, que se emplea para la fabricación de muebles e infraestructuras, se caracterizan por ser ligeras y por presentar menos complicaciones a la hora de trabajarlas. Suelen encontrarse en árboles perennes y de crecimiento rápido, por lo que se pueden extraer con gran facilidad de la naturaleza.

Son menos brillantes en comparación con las maderas duras, además estas pueden astillarse con mayor facilidad, ya que tienen menos resistencia a los cambios climáticos, pero a pesar de sus condiciones siguen siendo la alternativa más barata a la hora de fabricar.

Estas presentan una tipología especial, conforme a la cual, algunas pueden ser más fuertes que otras, todo dependerá del estadio de crecimiento de las mismas y del tratamiento que se les ofrezca.

·         Pino. Madera no tan pesada, de fibra recta, fácil de extraer y tratar con diversos métodos, goza de altos niveles de resistencia mecánica; gracias a sus componentes resulta ideal para la fabricación de muebles con dureza y cierto grado de flexibilidad.

·         Abeto. Similar al pino, aunque suele ser un poco más ligera y de consistencia más dura, ofrece una buena resistencia ante los químicos que se utilizan en la fabricación y aquellos que pueda encontrar en el uso diario.

Sin embargo, no es una madera que resulte óptima para hacer frente a los insectos, motivo por el cual, hay que ser previsivos  a la hora de realizar instalaciones con esta madera. Se utiliza con frecuencia, porque es un material fácil de tratar y de trabajar.

·         Cedro. Madera ligera, recta, sencilla de trabajar, de color rojizo con un particular olor dulce. Es resistente a los insectos gracias al alto porcentaje de resina que tiene en su interior, suele extraerse para la fabricación de mueblería rustica y decorativa de hogares.

·         Olmo. Material que resulta ideal para trabajar, ya que aguanta muy bien los clavados y aserrados, además es adaptable a toda clase de acabados. Resulta ideal para instalar en ambientes de alto grado de humedad y donde existan o proliferen insectos.

·         Abedul. Es un leño de fibra recta, que presenta pocas ondulaciones, tiene una tonalidad que puede variar desde el blanco hasta un leve amarillo. No se aconseja su utilización en exteriores, ya que esta no resulta resistente frente a los insectos.  

Duras.

Son aquellas que pueden obtenerse de árboles de crecimiento, es por ello, que resultan mucho más escasas que las blandas, lo que hace que sus cotizaciones sean más onerosas que las del resto de las maderas.

Evidentemente por su condición propia de creación, estamos hablando de maderas de alta calidad, de una óptima resistencia y de gran durabilidad, son finas y pueden tolerar toda clase de acabados, de forma adicional estas resultan óptimas para tolerar los embates climáticos y las plagas.

Es por ello, que dada su alta capacidad de adaptabilidad a las condiciones adversas es que estas son altamente demandadas, para la creación de mueblería rustica, muebles de interiores e incluso instrumentos musicales.

·         Roble. Una de las maderas más usadas, ya que no resulta tan complicada de trabajar como otras, es muy resistente, por sus características de grano medio, aunque no es demasiado densa, se utiliza con frecuencia en la fabricación de mueblería rustica y de interiores.   

·         Caoba. Madera muy versátil, de gran calidad, es una de las mejores opciones para la carpintería. Es resistente a los golpes y la humedad, por lo que es usada en zonas tropicales, aunado a ello esta suele emplearse para la fabricación de mueblería fina.

·         Cerezo. Poco utilizada, ya que dependiendo de su edad de extracción, esta puede resultar un poco inconsistente, lo que la hace vulnerable al ataque de insectos y hongos, a pesar de ello, goza de una buena densidad y de un grano fino.   

·         Nogal. Es una de las maderas más demandas y también una de las más costosas, pero ello obedece a su crecimiento lento y la alta durabilidad y resistencia que este material tiene, siendo así utilizable en casi toda el área de la ebanistería.

·         Castaño. Material que es resistente a los embates del tiempo y a las plagas, sin embargo su uso suele ser en la fabricación de muebles para interiores, cuenta con un grano fino, pero es de alta calidad, como bien se indicó es duradera y además resulta flexible por lo que facilita la mayoría de trabajos al ser dócil ante su trabajo.

Según la humedad.

·         Verdes: Maderas que se consideran inmaduras, por cuanto no han alcanzado un estado de resistencia y durabilidad optimo aún para el trabajo, estas cuentan con una grado de humedad del 30-35%, razón por la cual al trabajarse pueden agrietarse con facilidad.

·         Desecadas: Cuando estas son sometidas a un proceso idóneo y de secado, pueden llegar a presentar entre un 10-12% de humedad, un grado relativamente bajo, lo cual erradica de ellas todo riesgo de agrietamiento (dependiendo ello de la técnica que se utilice para su trabajo). 

·         Secas: Aquellas que son sometidas a procesos industriales, donde su grado de humedad resulta anulado, dado este sometimiento, su precio se eleva, por cuanto quedan en condiciones óptimas para ser trabajadas. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *