El fuego se distingue por clases, siendo perceptibles cuatro de estas: Clase A, B, C y D.
En términos sencillos el fuego no es más que el resultado de una combustión que ha tenido a lugar en un elemento incendiario, el cual ha ocasionado luz y calor.
De esta definición, es posible apreciar varios conceptos, como es la combustión, es decir, el elemento ha de entrar en contacto con otra sustancia u objeto que haga que este reaccione y se produzca la incandescencia; por regla general, la combustión tiene a lugar cuando el oxígeno reacciona frente a una cantidad de partículas oxidables, produciendo así la onda de calor, que da lugar a la llama.
Y el segundo aspecto a considerar es la presencia de dos elementos, como son la luz y el calor, es decir, el fuego se caracteriza para engendrar una especie de luminaria o incandescencia, pero a altas temperaturas.
¿Cuáles son los tipos de fuego?
Clase A.
En esta primera clase ingresan los sólidos, es decir, aquellos de contextura dura y rígida, que al entrar en contacto con el oxígeno se incendian generando así la combustión.
Los elementos de este tipo suelen desintegrarse con mayor lentitud, por lo que la combustión es más duradera y en efecto el fuego suele perdurar por más tiempo, y es que hasta que el elemento no se desintegre en su totalidad la llama no fenece.
Es decir, hasta que el fuego no consume el objeto en su totalidad, el mismo no se sofoca, al menos que un agente externo intervenga para la disminución o eliminación de este.
Este tipo de fuego, suele tener lugar en espacios abiertos, y sobretodo suele ser muy común en lugares naturales, tal es el caso de los incendios de grandes magnitudes que suelen suceder en los bosques, donde los mismos se consumen una gran cantidad de árboles.
Clase B.
Este se produce por elementos que son líquidos, los cuales al entrar en contacto con ola de calor o bien con un elemento cargado de oxigeno se incendian; en realidad estos líquidos son considerados incendiarios por naturaleza.
Es decir, los líquidos son altamente inflamables, los más comunes de estos son la gasolina y el gasoil, los cuales son muy delicados en su manipulación y en cualquier momento este pueden entrar en combustión.
De aquí que los mismos deban ser almacenados bajo las más estrictas normas de seguridad, a fin de evitar que los mismos entren en contacto con cualquier onda de calor que dé a lugar a la combustión.
El inconveniente con este fuego, es que las combustiones suelen ser a su vez explosivas, de modo tal que abarcan grandes espacios, y son de difícil sofocación ya que llamas ameritan de compuestos especiales para su erradicación.
Los fuegos que surgen por este tipo de elementos, suelen suceder a consecuencia de accidentes, como es el volcamiento de gandulas, o bien la manipulación incorrecta de gasolineras que conllevan a la explosión de las mismas; también puede deberse a accidentes propiciados por la propia conducta del ser humano, como es el incendio intencional de galpones con gasolina.
Clase C.
Uno de los fuegos más peligrosos, por la naturaleza del agente que los ocasiona, en este caso, estamos hablando de agentes gaseosos, como es bien sabido, el gas se propaga con facilidad en el ambiente, de aquí que los incendios a consecuencia de estos elementos suelan ser nefastos y en la mayoría de las veces incontrolables.
Estudios han reportado, que las llamas que se originan de estos elementos, alcanzan grandes alturas, acarreando devastaciones en kilómetros a la redonda del epicentro del fuego.
Uno de los elementos gaseosos más comunes es el gas doméstico, ocupando una alta tasa de eventos incendiarios el mismo, ya que la manipulación incorrecta del mismo, o bien la forma abrupta como este se manipula puede ocasionar que el gas se cuele en el ambiente y al entrar en contacto con otro elemento calórica ocasione la combustión que da lugar al fuego.
Clase D.
El fuego proveniente de este tipo de elementos es poco común, ya que el mismo procede de metales que hacen reacción o bien que se generan como reactivos, en este caso, estamos hablando de reacciones químicas.
Los casos más comunes de estos se producen con las bombas químicas, las cuales han sido empleados en la mayoría de los conflictos bélicos hoy en día, el fuego que se produce no es de alta densidad, sino por el contrario de ondas expansivas, este se produce en kilómetros a la redonda, tratándose de una ignicion químico, además de ocasionar quemaduras puede acarrear graves consecuencias en el ambiente e incluso en la integridad personal.
Pese a que no es común, resulta el más nocivo de todos por los distintos efectos que puede ocasionar como también por las múltiples consecuencias que puede acarrear.