Las dietas hospitalarias se clasifican en progresión, con restricción calórica, con restricción glucémica, con modificación en la ingesta proteica y con modificación de fibra.
Se entiende por dietas hospitalarias aquellos regímenes alimenticios que se llevan a cabo en los recintos hospitalarios, con la finalidad de que el paciente mantenga o bien obtenga un estado nutritivo optimo, de modo tal, que estas pueden emplearse de forma preventiva o bien terapéutica.
Es decir, las dietas hospitalarias pueden tratarse bien de un complemento del tratamiento que está percibiendo el paciente, o bien de una medida paliativa para la patología que el mismo presenta.
Estas representan uno de los más grandes retos, con los cuales puede tropezar una institución médica, ya que las mismas, deben de realizarse bajo estándares de higiene y salubridad óptimos, como también la sazón debe de ser del agrado del paciente, o de lo contrario, este podía repeler la misma y verse afectado en su estado de salud.
¿Cuáles son los tipos de dietas hospitalarias?
Progresión
Estas se indican de dicha forma, porque se emplean como una medida paliativa a la enfermedad que adolece el paciente, debiendo de cumplir las mismas con una serie de requisitos:
- Dieta líquida, aquella que implica la ingesta de alimentos en estado líquido, o bien cuya alimentación se realiza por sonda, bien sea por inconvenientes gastrointestinales, o bien por dificultad para deglutir que presente el paciente.
- Dieta semilíquida, en este caso, los alimentos a ingerir pueden presentar cierta contextura, pero de gran suavidad, por lo general se presentan en atoles o bien en cremas.
- Dieta blanda, en dicho caso, los alimentos presentan una apariencia más rígida y ameritan la deglución normal, estos tienen mayor viscosidad incluso, el mejor ejemplo de estos, se encuentra en los purés.
Con restricción calórica
La que suele dirigirse a aquellas personas que presentan problemas de peso o bien que cuentan con descontroles en los niveles hormonales o de triglicéridos.
En sentido general, suele conocerse como dieta hipocalórica, y esta se reduce a una disminución paulatina, en la ingesta de calorías diarias, de modo tal, que los alimentos a consumir deben presentar bajos niveles de la misma.
La misma implica por igual, una reducción de las raciones de comida, pero aumentando el número de estas, es decir, la persona pasa de comer tres veces al día, a ingerir alimentos cinco o seis veces al día pero en pequeñas cantidades, la misma amerita una preparación baja de sal en las comidas y el uso limitado de aceites y saborizantes.
Con restricción glucémica
Aquella que aplica par a las personas que sufren problemas de glucosa en la sangre, la cual se caracteriza por una disminución en el consumo de los carbohidratos y de los azucares.
Hasta hace un poco, dicha dieta sufrió una modificación, por cuanto, los galenos prescribirán una dieta con total ausencia de carbohidratos y azucares, sin embargo, con el paso del tiempo se demostró que tal abstinencia ocasionaba descompensación generalizada del organismo, ya que el cuerpo no encontraba como generar energía.
Es por ello, que de un tiempo para acá se ha optado por la ingesta moderada de carbohidratos y azucares, pero aumentando la ingesta de proteínas, a fin de que el organismo mantenga un balance para el desempeño de sus funciones vitales.
Con modificación en la ingesta proteica
En dicho caso, la ingesta de proteínas se haya reducida, y se prescribe a personas que sin duda alguna pueden presentar problemas renales, para procesar los alimentos y eliminar las correspondientes toxinas.
Estas dietas por lo general involucran un aumento en el consumo de legumbres, hortalizas, frutas y granos, y una disminución en las raciones proteicas, es decir, en las carnes y derivados de animales.
En todo caso, se ha comprobado que en ciertos casos clínicos, es menester recurrir a una ingesta proteica elevada para contrarrestar ciertos efectos infecciosos o bien patológicos, tal es el caos de enfermedades que afectan el sistema inmunológico.
Con modificación de fibra
Esta es comúnmente empleada en personas que presenta problemas intestinales y ameritan de una comida liviana para no alterar la flora interna, es así, como la dieta puede versar en bajos niveles de fibra o bien en altos niveles, todo depende de la patología que presente el paciente.