¿Qué es un texto narrativo?
Como bien sabrás el ser humano mantiene dos vías de comunicación, una es la oral y la otra la escrita, en la cual destacan las narraciones o bien textos narrativos caracterizados por tratarse de relatos que se fundan en hechos verídicos o bien en hechos fantasiosos.
Lo que estos textos pretenden es trasmitir un mensaje con cierta entonación y en ocasiones con alguna gracia para poder obtener la atención del espectador por completo.
Características de los textos narrativos
Efectivamente como toda escritura, es de apreciar que estos presentan un formato en específico que debe de tenerse en cuenta a la hora de redactarlo, para que de esta forma pueda ser distinguido de las demás tipologías de textos que se presentan en la lengua española:
- El estilo lo brinda el autor, efectivamente una de las características más notorias del texto narrativo, reside en que es la persona quien escribe la que le brinda la connotación, la entonación y la peculiar forma a cada una de las frases en empero de que este pueda ser apreciado.
Y es aquí donde se desentona la figura más valiosa de los textos de esta modalidad, como lo es el narrador, en efecto, se trata de la persona que emite los hechos, que los expresa y que, de ser necesario, los caracteriza, estamos frente a una persona que puede narrar el relato desde afuera, como si se trata de un testigo, o bien, desde adentro, como si se tratase de un protagonista.
- Secuencia en la narrativa, si algo lo distingue, es que esta modalidad de textos siempre presenta un orden en la ocurrencia de los hechos, en efecto, cada uno de los párrafos hace honor a un momento dado.
Para que puedas entender mejor, vamos a explicarte con términos más sencillos, los textos narrativos son creados en base a un cronograma de tiempo, o lo que es igual, cada hecho que se narra se corresponde con una temporalidad que establece una secuencia lógica.
- Personajes, los textos de esta modalidad cuentan con una serie de personas que intervienen en su creación, es así como los relatos cobran vida, ya que los sujetos intervinientes son los dueños de las acciones.
Es así, como puede percibirse personajes principales, quienes son los que concentran la mayor cantidad de actuaciones en la historia y sobre sus vidas se funda la misma.
También están los secundarios y los terciarios, que son personajes necesarios para poder sobrellevar parte de una trama en la misma historia, pero que su existencia no es tan relevante, es decir, que el relato puede continuar con ellos o sin ellos.
- Estructura predeterminada, los expertos de la lengua han determinado que los textos narrativos, siempre han de seguir un formato fijo, que se caracteriza por una introducción, en la cual se da inicio a la historia y se asoma un poco de que tratará la trama.
Un desarrollo, o mejor conocido en el mundo literario como nudo, que es el segmento en el cual se llevan a cabo todos los hechos que marcan la historia, y el desenlace, donde se dan por terminada cada una de las historias de los personajes.
A fin de que comprendas de qué tratan estos textos, te traemos unos ejemplos y fragmentos de las obras más emblemáticas del mundo de la literatura, para que puedas conocerlas en detalle y así veas mejor los términos antes expuestos:
Don Quijote de la Mancha – Miguel de Cervantes Saavedra
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda.
El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino.”
El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?
—La culpa sería de usted —le dijo el principito con firmeza.
—Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar —continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables.
La Odisea de Homero
Nodriza querida- dijo Penélope- no eleves todavía tus súplicas ni te alegres en exceso. Sabes bien cuán bienvenido sería en el palacio para todos, y en especial para mí y para nuestro hijo, a quien engendramos, pero no es verdadera esta noticia que me anuncias, sino que uno de los inmortales ha dado muerte a los ilustres pretendientes, irritado por su insolencia dolorosa y sus malvadas acciones; pues no respetaban a ninguno de los hombres que pisan la tierra, ni al del pueblo ni al noble, cualquiera que se llegara a ellos.
La gallina Degollada de Horacio Quiroga
Todo el día, sentados en el patio en un banco, estaban los cuatro hijos idiotas del matrimonio Mazzini-Ferraz. Tenían la lengua entre los labios, los ojos estúpidos y volvían la cabeza con la boca abierta. El patio era de tierra, cerrado al oeste por un cerco de ladrillos. El banco quedaba paralelo a él, a cinco metros, y allí se mantenían inmóviles, fijos los ojos en los ladrillos. Como el sol se ocultaba tras el cerco, al declinar los idiotas tenían fiesta. La luz enceguecedora llamaba su atención al principio, poco a poco sus ojos se animaban; se reían al fin estrepitosamente, congestionados por la misma hilaridad ansiosa, mirando el sol con alegría bestial, como si fuera comida.
Otras veces, alineados en el banco, zumbaban horas enteras, imitando al tranvía eléctrico. Los ruidos fuertes sacudían asimismo su inercia, y corrían entonces, mordiéndose la lengua y mugiendo, alrededor del patio. Pero casi siempre estaban apagados en un sombrío letargo de idiotismo, y pasaban todo el día sentados en su banco, con las piernas colgantes y quietas, empapando de glutinosa saliva el pantalón.
Platero y yo de Juan Ramón Jiménez
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: «¿Platero?», y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal…
Doña Bárbara de Rómulo Gallegos
“La llanura es bella y terrible a la vez; en ella caben holgadamente, hermosa vida y muerte atroz; Esta acecha por todas partes, pero allí nadie le teme.”