Un mito es una narración protagonizada por deidades, personajes fantásticos y héroes que están ambientadas en períodos históricos y que explican hechos que pasan en la tierra, convirtiéndose en creencias.
2 ejemplos de mitos
A continuación, te daremos 2 ejemplos de mitos griegos que son muy famosos alrededor del mundo:
La caja de Pandora
Se trata de una de las grandes leyendas de la mitología griega y forma parte de la historia de Pandora, la primera mujer sobre la Tierra. La versión más famosa fue la que escribió en el siglo VII antes de Cristo el poeta Hesíodo y es un relato de venganza, la de Zeus contra los hombres y el titán Prometeo por robar el fuego sagrado y entregárselo a estos.
El padre de los dioses entró en cólera y ordenó a Hefesto que modelase con arcilla a la primera mujer. Cada uno de los dioses le otorgó un don:
- Atenea le dio la sabiduría.
- Apolo la música.
- Afrodita la belleza.
- Hermes la elocuencia.
- El propio Zeus le insufló la vida y le puso nombre, Pandora, que significa “la que tiene los dones».
Se la ofreció como esposa a Prometeo, que la rechazó sabiendo que, tras su traición, cualquier regalo de Zeus sería una trampa. Así que a continuación se la llevó a su hermano Epimeteo, que pese a las advertencias decidió casarse con ella.
Como regalo de bodas, Pandora recibió una tinaja ovalada, y no una caja como se suele decir, pero un error en la traducción provocó esta confusión. Además, se le dio la orden específica de no abrirla bajo ningún concepto.
Pero de entre todos sus dones, los dioses también habían otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió abrir la tinaja igualmente para ver qué había dentro. Al hacerlo, escaparon de su interior todas las desgracias y males, que invadieron nuestro mundo: la vejez, la enfermedad, la locura, el vicio, la tristeza, la pobreza, el crimen… Todas se extendieron por el mundo de manera irremediable. Sólo una última cosa quedó oculta en el fondo, la esperanza.
Pandora al darse cuenta de lo que había hecho se arrepintió mucho, y quiso intentar arreglar el mal que había provocado. Se dedicó a vagar por el mundo ofreciendo a todos los hombres esa esperanza que era lo único que le había quedado.
El mito de Perséfone
También llamada Kore, Perséfone es una diosa de la mitología griega, era la deidad de la vegetación y traía la fertilidad a los campos. Pero al mismo tiempo era la reina del Inframundo, y llevaba a cabo las maldiciones de los hombres sobre las almas de los muertos. A través de ella, los griegos encontraron la explicación de las 4 estaciones del año.
Perséfone nació de Zeus, padre de los dioses y rey del Olimpo, y Deméter, la diosa madre de la agricultura. El origen de su nombre no está muy claro, quizá provenga de la forma “Persephatta”, que significa “la que limpia el trigo”, aunque también podría venir de la expresión “Pherein phonon”, que significa “la que trae la muerte”.
Se cuenta que Perséfone solía vivir con su madre, alejada del resto de los dioses del Olimpo. A pesar de ello, destacaba tanto por su belleza por lo que tenía varios pretendientes, entre estos estaban Hermes, el dios del ingenio, Ares, el de la guerra, Apolo, el de las artes y Hefesto, dios del fuego y la forja.
Sin embargo, su madre Deméter rechazó todos los regalos y propuestas de enlace, y escondió a su hija de las demás deidades olímpicas.
Uno de los que más encaprichado estaba de Perséfone era Hades, dios del Inframundo, el reino de los muertos. Este decidió pedirle permiso a su hermano Zeus, padre de Perséfone para casarse con ella y lo consiguió. Pero sabía que Deméter nunca permitiría que su hija bajase al Inframundo, así que planeó secuestrarla y llevársela junto a él y sus dominios.
Un día Perséfone estaba inocentemente recogiendo flores en un campo de Enna, en la isla de Sicilia. A parte de algunas ninfas, le acompañaban Atenea, diosa de la sabiduría, y Artemisa, diosa de los animales. Cuando se inclinó a recoger un narciso, hubo un estallido y una grieta se abrió en la tierra, de ella surgió Hades, que sin oposición montó a Perséfone en su carro y se la llevó al Inframundo.
Las ninfas en castigo por no haber intervenido, fueron convertidas en sirenas y la pobre Deméter quedó desolada. Abandonó todo para dedicarse a buscar a su hija incansablemente por los confines de la tierra, ayudada por las antorchas de Hécate, deidad de los caminos y tierras vírgenes.
Como diosa de la agricultura, la obsesión de Deméter tuvo lógicamente efecto sobre la naturaleza. Según algunas versiones, prohibió que la tierra fuese sembrada. En otras simplemente descuidó su labor como madre de la agricultura, sumida en la desesperación, y los campos perdieron su fertilidad.
Hécate le sugiere a Deméter que le preguntase a Helios, la personificación del sol que todo lo ve, para averiguar qué había pasado, y este le revela finalmente el paradero de su hija. Zeus, presionado de un lado por los gritos de los seres humanos, hambrientos por la falta de cosechas, y del otro por el llanto de Deméter, accedió y decidió intervenir. Ordenó a Hades que liberase a Perséfone, enviando a Hermes, dios del ingenio, a rescatarla.
Hermes negoció duramente con Hades, y finalmente consiguió convencerle. Una de las condiciones para que Perséfone pudiese salir del Inframundo era que no consumiese alimentos de allí. Y efectivamente en la tristeza de su cautiverio, se había negado a probar bocado. Pero antes de que se pudiese marchar del Inframundo, Hades la engañó para que comiese seis semillas de granada.
Hermes consiguió llevarla de vuelta con éxito, pero en castigo por haber comido alimentos del Inframundo, Perséfone estaba obligada a volver cada año, un mes por cada semilla que había tomado. A partir de entonces pasaría cada año seis meses en el Olimpo junto a su madre y los otros seis meses en el Inframundo junto a Hades.
Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero la otra mitad del año se convertía de nuevo en una tierra estéril. Y así fue como los antiguos griegos explicaron el ciclo de las cuatro estaciones y su efecto sobre la naturaleza.